Black & White Party. {Todos son bienvenidos}

Por fin el día había llegado, hace unos meses que la fiesta se había planeado junto con la ayuda del los directivos de la universidad con el objetivo de que las fraternidades pudieran convivir entre si y disminuir los roces entre ellas, como si eso algún día pudiera ocurrir pero la oportunidad de una gran celebración no podía pasar por desapercibida. Habían escogido al alumno con mejor promedio así que por fortuna había tenido el honor de pertenecer al comité de ayuda junto con Thomas que seguramente por estar distraído en alguna de sus clases le habían dado este puesto como castigo. Sabía que la universidad no daría los suficientes fondos para una fiesta digna para los estudiantes así que me había tomado la libertad de tomar un poco de mi dinero para hacer de este evento una noche inolvidable y por que no, aprovechar para poner el nombre de Bithaen en alto por que de cierto modo estaba representando a mis hermanas al organizar esta fiesta.

Posteriormente de dejar todo en orden temprano por la mañana había ido a mi departamento a arreglarme para la fiesta, nada como un buen baño de burbujas para quitar la presión que se había acumulado durante esta ultima semana, mi vestido estaba posado sobre mi cama esperando ansiosamente, así que al ponérmelo junto con mis zapatillas blancas, solo había recogido mi cabello en un moño discreto para estar completamente lista, tome mi bolso y salí de nuevo con dirección a la universidad donde la fiesta estaría por comenzar.

Al llegar Thomas se encontraba en el Hall de entrada donde habíamos quedado de vernos, teníamos que ser los primeros en llegar por ser de alguna forma los anfitriones para asegurarnos por ultima vez que todo estuviera en completo orden, así que me acerque a el y me enganche a su brazo – Vayamos a ver por ultima vez si todos los detalles están listos – De esa forma comencé a caminar a su lado para recorrer la universidad, cuidando que todos los lugares estuvieran listos.

Al terminar de hacer el recorrido volvimos al Hall donde tendríamos que recibir a los estudiantes, que seguramente estarían por llegar.

Era increíble saber que por estar realmente desorientado y no haberme callado durante clases terminara rodeado de gente animada por un baile en una sala en la que no me sentía cómodo. ¿Qué hacía yo allí? No mucho la verdad. Fue una sorpresa notar que además, mi nueva hermana estaba allí también, aunque claramente, ella por voluntad propia. Me sentía casi como niño de pre-escolar con aquel pseudo castigo… Para eso, hubiese preferido que me reprobaran la asignatura. En fin. Fueron varias las veces que tuve que estar en aquel comité, intentando poner atención a todo y hacer lo que se me pedía. Debo agradecer que Katrina estuviese allí, porque de seguro sin ella yo habría estorbado más que ayudado. Los días pasaron rápido y casi parecía que faltaría tiempo para terminar todo… Pero así llegó el día y con un poco de inquietud volví a casa después de acompañar a Katrina a supervisar los últimos detalles.

Para qué comentar que ella fue también quien escogió la ropa que yo usaría ese día, sin que estuviese demasiado preocupado de qué usar… Como ella es la perfeccionista, la dejé que escogiera y sólo me limité a hacerle caso en todo. A fin de cuentas, era mi hermana mayor. Guardé mi teléfono, las llaves y la billetera en uno de mis bolsillos y luego de salir de casa me encaminé hacia la Universidad. No podría llevar a Kailey, porque tenía que irme antes que los demás invitados. Suspiré con calma y salí de la casa.
Cuando llegué al Hall de entrada estaba sólo. Katrina aún no llegaba y eso hasta me había sorprendido. No de ella, sino de mí porque había llegado antes. Estuve pocos minutos dando vueltas de acá para allá hasta que la vi llegar. -¡Woow! ¡te ves increíble!- fue lo primero que exclamé al verla y sonreí cuando se asió de mi brazo. –Ok. Espero que todo salga bien… Porque fue tu esfuerzo, no el mío- añadí asintiendo lentamente con la cabeza y comencé a caminar junto a ella. Terminada la ronda, no permití que ella se alejara de mí y le sonreí -¿Estás lista? Porque yo me siento como pingüino...- Bromeé y me quedé a su lado mientras esperábamos a los primeros invitados.

La invitación de Black and white estaba encima de la mesa comedor en la casa blomwood, todos lo que eran alguien habían sido invitado a tal evento. La chica recibió su invitación un poco tarde por que no había estado ningún dia de la semana en su casa, estaba recorriendo cada lugar de la ciudad de fiesta en fiesta y cuando llego a la casa se entero de que había sido invitada al evento del año en la universidad. Aly se rió al ver la invitación, era casi irónico estar inscrita en la universidad y ver mas a sus amigos y compañeros en fiestas que en clases.

Aleera recorrió la casa buscando a alguien pero estaba abandonada, su prima Step no había aparecido en varios días y su mensaje no lo había respondido, Aleera solo podía pensar que estaba enojado con Adam aun y volvería cuando se le pasara o apareciera Aaroon que también había desaparecido. Adam estaría en clases y Aly si no dormía estaba festejando por ahí. La chica había escogió su vestido el día anterior, se decidió por un simple vestido blanco pero siempre con el toque sexy que le daba la chica. El vestido tenia un gran escote y un corte en la pierna dejando entre ver su pierna, tenia un estilo que te podía recordar las diosas de grecia antiguo, perfecto para ella. No quería opacar su vestido, así que se lo dejo suelto y ondulado.

Se demoro solo unas horas, mucho menos de lo esperado. La chica era experta en arreglarse con poco tiempo se termino de arreglar se hecho perfume dulce pero sutil y salio hacia la fiesta. Como no tenia auto y Adam no estaba para llevarla le pidió a su chófer que la llevara hasta la fiesta. No sabia quienes iban y esperaba encontrarse con alguien conocido para hacer una noche mas memorable.

Camino hacia la entrada, recorriendo el lugar con la mirada. Todo parecía perfecto era obvio que el comité de la universidad se había esmerado mucho para que saliera todo bien y aunque Aly estaba acostumbrada a fiestas elegantes con bocadillos y copas de champagne ella prefería las fiestas mas salvajes donde todos perdían el control. Diviso a lo lejos a Katrina una hermana Bithaen, iba acompañada de un chico y antes de acercarse a saludar como buena invitada. Aly se dirijo hacia el salón de evento, se sentó en la barra bajo la iluminación neón y pidió una copa de champan.

Me miré por última vez en el espejo de mi habitación. Observé los mechones de pelo caer en una cascada de pelo ondulado. Había decidido llevar el pelo suelto debido a que me agradaba más el efecto que daba. No llevaría joyas, salvo un anillo negro, muy fino y con letras en oro impresas, en las cuales se podía leer mi nombre. Michelle. Me aseguré a la perfección de que mis zapatos fueran los adecuados y, tras muchas comparaciones, encontré los perfectos. Tras varias horas de maquillaje y preparación, por fin me enfundé en mi vestido. Largo. Negro. Elegante. Tenía los hombros cubiertos, pero la espalda quedaba libre de tela. Era de manga larga y con un cinturón color blanco, aunque algo matizado, por lo que no llemaba demasiado la atención. El vestido parecía componerse de dos capas, una de las cuales se abría al caminar a medio muslo. Lo había hecho coser un poco más abajo para no parecer demasiado atrevida, pero aún así guardaba mucho encanto.

El mayordomo picó suavemente en la puerta para indicarme que la limusina estaba ya allí, para recogerme y llevarme a mi destino. Miré la hora y vi que iba bien de tiempo; que llegaría a la hora prevista si no había ningún inconveniente. Cogí un bolso de mano duro, de color negro, y guardé en el mi blackberry, algo de maquillaje y, por supuesto, la invitación, aunque doblaba para que cupiera. Bajé las escaleras con la cabeza bien alta y acompañada por mi mayordomo, quien me dejó a la puerta del coche e incluso me ayudó a entrar, recogiéndome el vestido. Le agradecí el gesto, pues era una consideración haber hecho aquello. No le pagaba para que me ayudara, solo para que nos sirviera. Me hice una nota mental de que podía contar con él siempre que lo necesitara.

El trayecto hasta el lugar previsto se me hizo breve. Vivía en las residencias de Evesham, un lugar en que muchos compañeros habían asentado sus casas. No fue de extrañar, pues, ver que muchos de ellos bajaban del coche justo cuando yo llegaba, probablemente habrían salido un poco antes que yo misma. El conductor me pidió un horario y le dije que se quedara en el párking hasta que le llamara. Trató de protestar, pues seguro que sabía serían muchas horas. Le acallé con una mirada de advertencia. -Le pago para acatar órdenes, de otro modo me veré obligada a llamar a su compañía e informar de su problema de actitud, señor -dije, saliendo del auto. De él dependía conservar su trabajo y era probable que lo hiciera, ya que había visto la foto de tres hijas. Sin trabajo, no habría comida.

Mostré mi invitación y se me permitió entrar. Tras unos metros reconocí a Katrina, enfundada en un precioso vestido blanco. A su lado, reconocí el chico de la fuente. Thomas, según recordaba. ¿Se conocían? El mundo parecía ser un pequeño pañuelo. Me acerqué a ellos con una sonrisa pintada en el rostro. -Buenas noches Katrina -saludé dándole un pequeño abrazo, con educación, pero a la vez familiaridad. Las fiestas de etiqueta no era para demostrar la gran amistad entre dos personas, sino de saber comportarse y seguir el protocolo, por lo que muy probablemente iba a ser agradable ver a la gente comportarse- Thomas -añadí, tendiéndole la mano, como la primera vez que le conocí. Para mí era casi un desconocido, por lo que creí conveniente no mostrarme demasiado familiar, aunque sí seguí con una sonrisa en los labios- Increíble organización, muchas gracias por el esfuerzo, chicos -acabé felicitándoles por la decoración, la cuel era evidente que había sido pensada con todo esmero.

Tras dos minutos más de charla, me decidí a entrar, pues ya veía más asistentes a la fiesta llegar. Les comenté que nos veríamos dentro y me marché hacia el interior, donde había unas pocas personas. Las fiestas de aquella magnitud empezaban más tarde, pero siendo Kat la organizadora, no iba a llegar dos horas tarde, sino que iba a estar allí desde el principio. Aunque sabía y podía asegurar que no habrçia imprevisto que ella no hubiera previsto. Así pues, una vez dentro y tras ver una chica un tanto perdida, decidí ayudarla. ¿Nunca había asistido a este tipo de eventos? Vaya...

-Buenas noches -saludé- ¿Necesitas ayuda para encontrar algún lugar? Ahora me dirigía al bar a tomar algo, ¿vienes?

El dolor de cabeza era insoportable y a punto estuve de declinar la invitación de la fiesta de Katrina. Decidí asistir en el último momento ya que no me parecía correcto dejarla sola en una noche importante y la magia de las aspirinas surtió efecto. Pasé por una ducha rápida para despejarme y me vestí con el traje que me había comprado para ocasiones especiales, el cual consistía de unos pantalones negros y una camisa blanca, a conjunto una americana y una corbata. Salí de casa y cogí el coche dirección Nightove. A lo lejos ví las luces del evento, las cuales sobresalían del edificio Thomas Caldwell. Impresionante, aunque conociendo el perfeccionismo de Katrina las cosas saldrían de la mejor forma posible. Aparqué por ahí cerca y salí caminando con un trote ligero. Iba ya algo tarde, pero aún así. Vi a los orgsnizadores de la fiesta, un joven que recordaba haber visto en Reaben y a mi preciosa. -Buenas noches -saludé con amabilidad mientras tendía la mano al joven y daba un breve beso a Katrina- Voy hacia dentro, viene más gente. Os veo más tarde.

Entré y di un breve paseo por las estancias de aquel lugar. Había una grandecoración, sin dudas. Me senté en la sala de música, aún riéndome de la segunda sala, la del celibato. Jamás había asistido a una fiesta en la que se diera el caso de haber una sala de aquel tipo. La música era clásica y relajante, algo que no me esperaba, aunque era lógico ya que la "marcha", por así decirlo, se encontraría en la sala de recreación. Una camarera preguntó por si deseaba algo de beber y asentí. Una copa me iba a hacer bien, así que cuando me la entregó me hundí en aquel sofá, pero sin parecer dejado, y disfruté del ambiente.

Seguía del brazo de mi hermana y le sonreía una que otra vez mientras esperábamos que llegara un poco más de gente. Así fue como llegó primero una chica que no tengo idea quién era. Le sonreí y luego de saludar a mi hermana entró. Al poco tiempo llegaron dos chicas más a las que volví a sonreír cuando pasaron. Unos minutos más tarde llegó Michelle. La chica que me había ayudado cuando caí a la fuente. Cuando se acercó al lugar en el que estábamos y saludó a Katrina de aquella manera no pude evitar mirar a mi hermana con curiosidad. La chica extendió su mano hacia mí igual que la primera vez y yo la estreché por leves instantes, para luego de una pequeña conversación en la que casi no participé, Michelle se fue hacia el interior de las dependencias de la Universidad. Al poco tiempo después llegó un chico, chico que no tengo idea quién es, pero que sí había visto en la fraternidad.
besó a Katrina y yo intenté disimular mi sorpresa. Lo saludé con cordialidad y miré a mi hermana -¿No que no tenías novio?- pregunté alzando una ceja, dispuesto a hacerle un interrogatorio completo.

Cosa que no logré hacer, porque justo en el instante en el que la pregunta "¿Quién es ese que te besó?" estaba a punto de salir a través de mis labios, llegó Liam. Le sonreí cuando llegó y lo saludé de manera más cercana -Al menos, yo soy un enemigo de Batman, no un pingüino cualquiera- le seguí la broma al chico y lo volví a saludar cuando se fue. Después de ello me dirigí a Katrina -¿Quién era ese?- le pregunté señalando con la cabeza al chico que ya poco se podía divisar, pero que claramente ella sabía quién era y por qué lo nombraba así. Tal vez sonase un poco agresiva mi pregunta, pero los celos de hermanos que durante veintiún años no había podido desarrollar, ahora afloraban de una sola vez, y posiblemente, en la ocasión menos adecuada. - Lo tenías bien escondido, TinkerMasen...- volví a mirarla y le sonreí -Ya habrá tiempo para el interrogatorio...- añadí más despacio, para seguir observando a las demás personas que comenzaban a llegar.

Los invitados comenzaban a llegar y con ellos, el desfile de ropa de gala que los acompañaba sin duda todos se veían esplendidos, me encontraba charlando con Thomas cuando los primeros invitados se acercaban a nosotros así que les dábamos las gracias por acompañarnos y hacia lo posible por devolverle los cumplidos que me obsequiaban pues ellas también lucían muy hermosas esta noche. Cuando Michelle llego la salude alegre como siempre sorprendiéndome un poco de que quizás conociera a mi hermano, si que el mundo era demasiado pequeño – Gracias Mich, divierte – dije mientras miraba como se adentraba cada vez mas a la universidad. Tiempo después cuando llego Dennis respondí su beso y mire Thomas de reojo – Buenas noches, gracias por haber venido, nos vemos dentro – dije mientras escuchaba sus palabras y lo veía como a todos alejarse hacia a la fiesta, no pude evitar sonreír ante las palabras de mi hermano – Han pasado demasiadas cosas desde nuestro primer encuentro Nielsen – dije palmeando su brazo en forma de consuelo.

Una pequeña risa salio de mis labios ante el intercambio de palabras de Thomas y Liam, podía notarse que eran buenos amigos – Gracias Liam, tu también luces bien - cuando mi hermano y yo quedamos solos gire mi rostro para verlo – “Ese” es Dennis y es mi novio, de otra forma no lo saludaría de esa manera, no voy por la vida besando a todos Thomas – dije en broma – Deberías de conocerlo, pertenece a tu fraternidad, tal parece que no has hecho bien tu trabajo con tus hermanos, aunque te contradices al conocer bastante bien a Liam – dije pensativa. Sonreí ante sus palabras e hice una mueca ante su sobrenombre – Suelo mantener mi vida privada bueno en eso, privada – me encogí de hombros para restarle importancia - Si, ya habrá tiempo, la fiesta acaba de empezar y falta la presencia de muchas personas mas - dije guiñándole un ojo, pues tenia la leve esperanza de que quizás su compañera vendría hoy, nos quedaríamos unos momentos mas en el Hall y posteriormente nos integraríamos a la fiesta.

Llegó a su departamento luego de recorrer Evesham, ya que la compañía quien le había colaborado en ofrecerle un puesto para realizar sus prácticas antes de graduarse quedaba al otro lado de la ciudad, por lo cual casi todas las tardes se la pasaba de un extremo a otro trabajando, esa era una de las razones por la cual conocía todo ese territorio como la palma de su mano. Quitando su chaqueta caminó hasta la isla de la cocina donde puso sus llaves, allí se encontraba la invitación a la famosa fiesta organizada por las Bithaen, hacía mucho no participaba de los eventos de la universidad, ni siquiera los de su fraternidad, ya no tenían nada de gracia para ella, pero ese año era distinto, sacó su móvil y quiso marcar el número de Cheryl, pero decidió que lo mejor para ella era ir con su esposo, así le evitaba el lío, ya se encontrarían en la fiesta y harían cualquier cosa para distraer al marido de su amiga y hacer de las suyas, estaba el de Allie, pero era mejor que fuera con Logan y recordaran viejos tiempos, y por último pero no menos importante Jennette, le texteó rápidamente, sabía que no le daría una negativa, además, ambas se debían pasar un rato de diversión y de recordatorio de viejos-buenos tiempos, se metió rápidamente a la ducha.

Al abrir su armario observó aquel espacio donde tenía varios vestidos elegantes de toda clase, ese era su fiel recordatorio de lo que Marcus había hecho en su vida, había dejado una huella imborrable, trastornó toda su vida, y luego se fue, como era su costumbre y simplemente todo se acabó, suspiró y tomó aquel vestido blanco que tan solo había usado una vez, pero que le gustaba, se recogió el cabello aprovechando las ondas que naturalmente se le formaban, se colocó accesorios negros haciendo juego con sus zapatillas, llamó aquel sitio de alquiler de limosinas, el cual una vez más era de contacto de Marcus, no se quejaba, había sido su asistente y algo más, por lo cual aun conservaba algunos contactos favorables de los que sacaba provecho.

Pocos minutos después de recoger a Jennette, las rubias entraron en el gran salón de eventos haciendo contraste con su vestimenta, Gabrielle con su Atuendo blanco y Jennette con el negro -Muy bien, aquí estamos otra vez- suspiró una vez se posicionaron en una mesa tomando del champang que amablemente uno de los mozos le había servido -la última vez que estuvimos todas juntas en un evento universitario, perdimos el contacto por 2 años- continuó diciendo rememorando aquellos tiempos donde eran un poco más impulsivas y no les valía nada la vida.

- No puedo creer que estemos haciendo esto – se quejó la morocha indignada al atravesar la puerta del baño, tenía una toalla enrollada en el cabello y una bata de baño cubría su esbelta figura, miró a Frederik que estaba sentado en la amplia cama matrimonial de su alcoba, él ya estaba listo a diferencia de ella. Le escuchó decir alguno de sus comentarios despectivos a los cuales lo ignoró, caminó en dirección al vestier donde su vestido le esperaba tendido sobre uno de los sillones, era de un tono crema sutil que llegaba a pasar por blanco, unos tacones negros altísimos se encontraban al lado de estos. Al carajo pensó la muchacha arrojando los zapatos a alguna parte del vestier. Deslizó el vestido a través de su menuda figura, el tono del vestido contrastaban contra su piel dándole una apariencia de porcelana, dejó su cabello lacio al natural y se maquilló muy sutilmente, resaltando sus orbes de tonalidades grisáceas.

Caminó de regreso a la alcoba y se sentó en la cama colocándose unas botas negras, una fina cadena de plata con varios cristales incrustrados en ella rodearon su cuello con delicadeza levantó la mirada hacia él – Esas botas nunca irán a combinar con estos diamantes – le reprochó el castaño susurrándole al oído, ella se limitó a bufar mientras recogía su cabello a un lado y lo sujetaba de manera que él le colocará el accesorio - ¿y esto qué es? – cuestionó ella mirándole con desconfianza – No me acompañarás a ninguna parte viéndote como una zarrapastrosa, cámbiate esos zapatos que la limosina ya está abajo – le respondió en tono cortante, su corazón se encogió, humillado y resentido. Se quedó callada y se dio media vuelta, no le daría la satisfacción de que la viera así. – y ponte la sortija – fue lo último que escuchó antes de que diera un fuerte puertazo.

No se cambió los zapatos y se colocó la sortija, salió a la habitación y se embarcó en la limosina, lo vió mirarla mal y ella se limitó a ignorarlo todo el trayecto. Una vez llegaron saltó fuera de la limosina olvidando todo tipo de etiqueta existente y caminó a tropicones en dirección a Jennette y Gabrielle – Casi que no llego - dijo apoyándose en los hombros de ambas – Al final ¿are we gonna go for it? – dijo sacándo su celular de una de sus botas, estaba acuñado junto a una de sus medias.

" "nos vemos dentro" claro... y yo que me quede solo tirado en un rincón." Esa fue mi primera reacción mental cuando oí a Katrina y me di cuenta de que mis celos de hermano habían nacido de pronto. No miré mucho al chico, chico que no tenía idea de su nombre. Bueno, no hasta que mi hermana me lo dio. Lo peor de todo, era que también era Reaben... Fue entonces que por primera vez en dos años me preguntaba si no era mejor cambiar de fraternidad. -Claro, y sólo me hablabas de lo de baile mientras armabas todo con tu novio... Genial- repliqué con un dejo de sarcasmo cuando ella respondió. Habíamos pasado mucho más tiempo juntos después de nuestro primer encuentro y esperaba que ella confiara en mí como para contarme una cosa así. Suspiré y negué con la cabeza, como si al hacerlo los pensamientos que cruzaban fugaces por mi cabeza fuesen a desaparecer. Liam apareció justo después de eso y no dije más. Le sonreí cuando se fue y luego volví a mirar a Kat. Alcé las cejas con suficiencia y la miré con una sola de ellas alzada -Una cosa es hacer amigos en la fraternidad y otra muy distinta es conocer a todos los tipos que hay en ella- le respondí, y luego sonreí. No quería echar a perder todo por una tontería.

-Pues no quiero esperar mucho más... yo también quiero fiesta y ya hemos estado mucho rato parados aquí ¿No te parece?- le dije a Kat con una sonrisa y luego suspiré -Además, tu novio debe estar esperándote. Yo que estoy solo, puedo darme el lujo de demorar- bromeé y le volví a sonreír. No creo que llegue más gente de la que ha llegado hasta ahora. Pasaron dos chicas más y yo ya estaba decido a entrar. Se notaba que Kailey, no había oído mis mensajes y el énfasis que le di a las palabras "no llegar tarde" en la conversación que habíamos tenido. Con lo vaga que era, de seguro se había quedado dormida o simplemente, no iría.

Estaba en mi habitación dudando si era una buena idea ir o no ir a la famosa fiesta de Thomas, claro por cierto lado sentia un poco de compromiso de ir por todas las amenazas e indirectas, el vestido estaba sobre mi cama pero la idea de usar aquellos tacones altos color blanco no me llamaba en lo absoluto la atención, suspire. La hora me avisaba que la fiesta ya deberia haber comenzado y yo seguia aquí sin siquiera decidir si asistiria, me tumbe en la cama boca arriba mirando el techo mientras jugaba con una pelota y fue en el momento exacto que esta se estrello en mi cabeza que se me ocurrio una idea.

Me bañe a la velocidad de la luz recogiendo levemente mi cabello pero lo deteste tanto que simplemente decidi dejarlo suelto, me puse aquel simple vestido blanco que había escogido hace un par de días y lo puse sobre mi cuerpo, solo un poco de brillo labial y luego, el toque Wright, claro Thomas esperaba que yo fuera y no lo decepcionaria.

Tome el casco de mi moto y me monte en esta para comenzar a conducir hasta el lugar de la fiesta, podia ver las luces a lo lejos, sonrei de manera traviesa al bajarme de la moto, camine despacio hasta encontrarme a Thomas por casualidad solo, gracias al cielo mi idea servia de algo, el venir con pantuflas en forma de patas de un oso polar blancas, a corde con la fiesta, me hacia ser silenciosa asi que no tarde en saltar sobre la espalda de él y rodear su cintura con mis piernas cubriendo sus ojos – Raaaaaaaaawr soy un oso – dije mordiendo su oreja.

Negué con la cabeza un poco divertida ante la actitud quizás de celos de mi hermano, si, en efecto habíamos estado demasiado tiempo juntos los últimos días a causa del planeamiento de la fiesta y aun no sabia por que no le había hablado de Dennis, tal vez quería aprovechar esta ocasión para presentárselo personalmente – No arme nada, en realidad ahora que lo dices no se por que no te hable de el – dije sonriendo mientras seguía tomada de su brazo, espere a que unos cuantos invitados mas pasaran y lo mire – Pues deberías quizás si lo conocieras te hubieras enterado de lo que pasaba – bromee, aunque eso no hubiera sido lo mejor, siempre preferiría que Thomas se enterara de todo lo que pasaba a mi alrededor por mi propia voz. Asentí ante su cuestionamiento – Creo que tienes razón, los demás invitados podrán entrar sin ningún inconveniente – sonreí rodando los ojos ante su próximo comentario – Puede que Dennis este esperándome pero no por esa razón te abandonare ¿Qué clase de hermana seria? – pregunte fingiendo indignación mientras comenzaba a caminar con el del brazo.

Además por la misma razón de que estas soltero quizás aproveche para presentarte a algunas personas esta noche – dije guiñándole un ojo –Tu acabas de decirlo ¿Cierto?, por lo que no tienes compromiso con absolutamente nadie – dije con un deje de complacencia, quizás seria broma pero no, ciertamente aprovecharía esta ocasión para presentar a mi hermano con algunas hermanas Bithaen, no desaprovecharía la oportunidad. Estábamos a unos pasos de dejar el Hall cuando sentí un leve jaloneo por parte del brazo de Thomas y después una voz así que me gire para ver de que se trataba y vi a aquella chica colgada de la espalda de mi hermano, no pude evitar mirarla con seriedad pero aun así sonreí, así que ella era la chica, no había dudas, la mire de arriba abajo con discreción y note aquel accesorio tan poco elegante – Chicos lamento interrumpir pero querido hermano aun somos los anfitriones, en una fiesta de etiqueta, si es que comprendes – “O sabes lo que eso significa” complete en mi mente al tiempo que miraba a la chica – Así que lo mejor seria ingresar – propuse con la mejor de mis sonrisas, nada que pudiera delatar algo importante - ¿Vamos? – cuestione cediendo nuevamente mi brazo a Thomas.

Ya no había mucho más que decir con respecto al "novio" de mi hermana y a pesar de que ella se veía bastante bien con él, yo no iba a ceder. ¿Nunca les ha pasado que a veces hay gente que simplemente no les cae bien? Pues a mí me había pasado. O me había convencido de ello, o... bueno daba igual. -¿La clase de hermana que honra a su hermano?- le pregunté divertido y en claro tono de broma, como si nuestra relación fuese como la de los hermanos de antaño, cuando la civilización humana era más machista que antes. Comenzamos a caminar y eso no sabía si me relajaba o hacía que me sintiera más incómodo. Las fiestas de etiqueta nunca habían sido mi fuerte y aunque me defendía bastante bien, no me agradaban del todo y eso quedaba claro con tan sólo recordar la forma en la que había sido "reclutado" para ayudar en la organización. -¿Presentarme personas o ya de plano chicas?- le pregunté alzando una ceja, mirándola con los ojos entrecerrados y una sutil sonrisa en el rostro. -Siempre lo he dicho. Soy soltero y sin compromisos- me reí luego de responderle y seguimos caminando.

No sé si fue el ángulo desde el que Kailey me vio, pensando que estaba solo, o simplemente no le importó que estuviese con mi hermana, pero de repente me cayó encima como siempre solía hacer. Para qué decir que su imprevisto salto hizo que perdiera en parte el equilibrio y que mis piernas se doblaran ante el peso. Tuve que sostenerme de mis propias rodillas para no caer. Acto seguido, un leve estremecimiento se apoderó de mí cuando mordió mi oreja y rápidamente sentí como por mis mejillas comenzaba a subir la sangre, tornándolas de un evidente color rojizo y un calor del demonio. Sumándole a todo aquello, que no veía nada gracias a las pequeñas manitas de Kailey -¡Las orejas no!- fue lo único que alcancé a exclamar, y es que eran una parte sensible de mi fisonomía.
Intenté mirar a Katrina y luego de inclinarme hacia abajo para que Kailey se bajara de mi espalda las manos de ella resbalaron de mis párpados. Miré a mi hermana y asentí. Ella tenía razón y aunque me había alegrado saber que sí había llegado la loca azul, tuve que mirarla y encogerme de hombros. No sin antes fijarme en sus zapatos. Tuve que contenerme una carcajada... -¿trajiste a los osos contigo?- no pude evitarlo y la pregunta se escapó de entre mis labios. Miré a Katrina y a Kailey y le ofrecí un brazo a cada una. -Ok. Entremos- les dije a ambas, mientras sonreía. Habían ocurrido cosas raras en mi existencia, pero esa... había sido la más rara de todas.

Si bueno, no se si era porque simplemente era la persona más despistada de la vida o porque simplemente estaba ciega pero yo podría haber firmado un contrato a muerte de que Thomas estaba solo y por esa misma razón me había lanzando contra el con toda mis fuerzas pero claro, para variar, estaba totalmente equivocada. No fue hasta que estuve sobre la espalda de Thomas y había enterrado mis dientes en su oreja que note la presencia de su hermana y le mire con una sonrisa inocente al escucharle mientras dejaba al descubierto todos mis dientes.

Mis piernas estaban sujetas con fuerza a su cintura mientras reía divertida al escuchar como me decía que las orejas no en el mismo momento que mis manos se deslizaban de sus ojos hasta su cuello en un abrazo estrangulador. Mire a su hermana y en el momento que se inclino me baje de su espalda con una sonrisa mientras jugaba distraídamente con mis pantuflas en un acto infantil – Claro dijiste “blanco o negro” y esto eran los unicos zapatos blancos de mi armario – dije divertida para luego tomarme de su brazo con una sonrisa amplia sin importarme demasiado que estuviera su hermana tratando de ocultar el rojo de mi rostro – Vamos – dije mirandolo con una sonrisa sin duda se veia… bien… pero claro yo jamás se lo diria – Por cierto Thomas a diferencia de tu hermana que se ve… whow… tu pareces un Sherk con traje de gala – añadí para luego mejor guardar silencio.

Hace algunos momentos quizás no me había dado tiempo de responder por esa tan poco respetuosa intromisión pero ahora en mi mente solo podía pensar la respuesta que le hubiera dado a Thomas ”Claro que chicas, chicas que verdaderamente valgan la pena” y ahora me había convencido mucho mas de esa decisión pero eso no tenia por que saberlo mi hermano, el lo había confirmado por segunda vez en esta velada, era soltero y sin compromisos, como lamentaba no haber traído mi grabadora de mano en esta ocasión, en fin, siempre encontraba una solución y esta no seria la excepción. Seguí mirando a aquellos dos individuos que se encontraban frente a mi, mientras esperaba que se decidieran a avanzar, tratando por todos los medios evitar decir algo realmente hostil y no por que realmente no lo deseara, mas bien era solo por respeto a aquella persona que me tendía su brazo que tome gustosa aunque la idea de compartirlo con otra persona me agradaba cada vez menos.

Rodé sutilmente los ojos a las palabras de aquella chica – Katrina Van Der Masen – dije presentándome – Gracias – “Desearía poder decir lo mismo de ti” complete en mi mente” y tome aire para no decir absolutamente nada de lo que estaba pensando, seguí caminando del brazo de mi hermano, tomándolo en cuenta solo a el, después de todo el era el único que importaba y la fiesta que estaba por venir.

Me encontraba en el bar de la fiesta Black&White, con Bryn, aunque esta parecía que se retiraba ya. Quizás era el poco ambiente que había debido a la hora que era. A pesar de ello no faltaba gente y se podía ver a muchas caras conocidas, no olo de Nightove, sino también de Evesham. El alcalde, el jefe de policía e incluso la directora del instituto privado de Evesham. Debido a que me encontraba sola en aquellos momentos decidí coger algo de beber y echar una ojeada al lugar, no sin antes acercarme a la gente a saludar amablemente. Nada que hacer con las apariencias, al fin y al cabo era importante guardarlas.

Buenas noches, señora Sparks, ¿qué tal el instituto? [...] Ah, comprendo. [...] Usted no se preocupe, que seguro que todo se soluciona con rapidez. [...] De nada, espero que pase una buena velada. O también con el alcalde de Evesham, aunque tenía entendido que estaban a apunto de correrlo de su puesto por malversación de fondos... Es un placer verle, señor Alcalde. [...] ¿Está pasando una agradable noche? Katrina y Thomas han hecho una gran fiesta. [...] Sí, por supuesto. [...] Muchas gracias. [...] Uhm, sí, tal vez. Aunque ahora debo irme. Informaré al banco. Y no podía olvidarme de un montón más de personas a las que decir algo, como mínimo.

Tras lo que me pareció una eternidad, me retiré a la tranquilidad de otros lugares para descubrir la sala del celibato. Vaya, tampoco estaba nada mal. Aunque se hallaba vacía. Tomé algún dulce que había allí, para ver si era muy empalagoso como la idea resultó que sí. No era que aborreciera la desición que tomaban algunas, pero en definitiva pensaba que el sexo era algo demasiado bueno para dejarlo aparcado. Aparte de que ayudaba a una persona a desarrollarse en un sentido más maduro. Sacudí la cabeza y salí de allí, antes de que se me ocurriera hacer algo impropio.

Seguí deambulando por la zona hasta llegar a la cafetería, donde decidí sentarme y tomarme una taza de café.

-Agradece que soy un caballero y que no diré que te pareces a Fiona… ¿Dónde dejaste a Lord Farquad? De seguro lo dejaste plantado en el altar- bromeé a Kailey al mismo tiempo que comenzábamos a caminar hacia el interior de la fiesta. Era extraño ir del brazo de ambas chicas, dos preciosas mujeres que me acompañarían hasta que claro, a una se la llevara el novio y la otra se fuera seducida por los dulces de la mesa más cercana. Miré a Kat y le sonreí al mismo tiempo que le guiñaba un ojo divertido. –Creo que debí presentarlas de mejor manera- comenté para detenerme justo en la entrada de la sala de celibato. –Kat, ella es Kailey Wright… la chica que vive en mi casa, y Kailey… Ella es mi hermana, Katrina- me separé un poco de ellas, esperando a que por lo menos se saludaran estrechando las manos. No sé por qué, pero en ese momento tenía unas ganas increíbles de ir a dar una vuelta y no estar allí… ¿podría ser que me sentía un poco tenso? Claro que sí. Ahora Katrina sabía con exactitud el nombre de la chica que vivía conmigo… pero ¡demonios! Yo no había tenido oportunidad de decirle a Kat que vivía con una chica, por eso del programa de acogidas a alumnos, de la Universidad.

Seeh. Había metido la pata hasta el fondo. Ahora sí que todas las piezas encajarían en el cerebro de mi hermana y se daría cuenta de que Kailey era además, la chica que me gustaba. Les sonreí a ambas y esperé que no pasara nada… Bueno, de pasar, no pasaría nada porque, Katrina de seguro tendría una charla conmigo luego… -¿Les parece si entramos un rato aquí? supongo que irás a ver a Dennis,¿no Kat?- pregunté a mi hermana como esperando a que hiciéramos algo y no quedarnos así tan estáticos. La pseudo tensión del ambiente me ponía nervioso y no era muy bueno en situaciones bajo presión. Esperaba que todo saliera bien, y que Kat no fuese muy dura conmigo cuando preguntara por qué vivía una chica conmigo. Una chica, que no era mi novia... ¡Rayos! sólo esperaba que Kailey no me decepcionara e hiciera alguna de sus locuras para acabar con la tensión