Freya A. Hughes

Freya es una chica sociable que no duda en conocer a nuevas personas, aunque cuando era pequeña esto no era así: se sonrojaba y tartamudeaba, sobre todo delante de los chicos. Luce siempre una sonrisa única que la hace realmente especial y motiva a muchos a acercarse a ella. Suele llevar la iniciativa en lo que se refiere a conocer a gente nueva: saca temas de conversación interesante y hace que la otra persona se sienta agusto junto a ella. Aunque lleve sangre noruega, no es una persona fría.

Con sus amigos suele ser muy bondadosa, aunque a veces le gusta gastarles alguna broma, siempre con la mejor intención. Le encanta salir por ahí: discotecas, conciertos, fiestas "clandestinas"; lo que sea con tal de pasarlo bien. No se enfada muy a menudo, ya que posee una paciencia casi infinita... Pero cuando se enfade, ten cuidado: puede ser muy vengativa y hará todo lo posible para que te sientas mal y le tengas que pedir disculpas. Odia a la gente falsa y en cuanto conocer a alguien sabe si serán o no buenos amigos. En este aspecto es muy perspicaz.

Ay, los chicos... Son una debilidad para Freya. Cuando un chico le gusta, va a por él hasta conseguir lo que desea, pero no siempre las cosas terminan como a ella le gustaría. Solo se ha enamorado una vez. Fue en unas vacaciones en Italia, cuando tenía 16 años: el chico se llama Lucca, y se enamoró perdidamente de él. Él, en cambio, se aprovechó de ella y la usó tan solo "para un rato de diversión". Desde entonces Freya no se ha enamorado de nadie más, pero no ha renunciado a la pasión que se despierta a menudo en ella. Si algo le enseñó Lucca es a pasar un buen rato de diversión. Es pícara y traviesa: le gusta provocar con la mirada y juguetear con su larga melena, y esto es irresistible para muchos chicos.

Freya nació un 12 de febrero del año 1993, en Bergen (Noruega). Hija de un comercial inglés y de una doctora noruega. Vivió los seis primeros años de su vida en Noruega para depués trasladarse hasta Inglaterra, donde vive en la actualidad. El dinero que sus padres tienen proviene, en su mayoría, de la familia materna de Freya. Mucho de ese dinero ha sido destinado a la formación de Freya: asistió a los mejores colegios de Bristol, a varias academias de idiomas y a una de las mejores academias de ballet clásico. Sus padres enseguida se dieron cuenta de que el talento de su hija eran los idiomas y fue entonces cuando decidieron que su querida hija asistiría a la Nightove University, una de las más prestigiosas del mundo.

Pasaron los años, y Freya se hacía mayor. Se esforzaba muchísimo en sus estudios, pero también disfrutaba de buenos ratos con sus amigos y con chicos que conocía cuando salía a discotecas o conciertos. Siempre fue muy madura para su edad y muy buena consejera para sus allegados.

Por fin llegó el día en que entró a la Nightove después de pasar sus exámenes de acceso a la universidad con muy buenas notas. Pero pronto supo que la Nightove escondía algo terrible, no sabía el qué y quizás tampoco quería descubrirlo. Simplemente se concentró en dar lo mejor de sí misma y continuar su vida.