I Need Your Help | Privado +18

En cuanto puso el pie en el aparcamiento del instituto, se vio rodeado. Todo el mundo estaba allí, la 'pandilla' que no había visto desde un tiempo, su trabajo le dejaba poco tiempo libre, pero aquello era mejor que depender de su padre todo el tiempo. Uno a uno aceptó los saludos de bienvenida de su propio grupo, uno para nada popular, pero se sentía cómodo con ellos. Se despidió y a pasos rápidos se dirigió al interior de la universidad, era tarde, había perdido su primera clase y mierda, no era la primera falta en la semana. Mientras recorría los jardines en dirección a su edificio, no le resultó difícil localizar la silueta de Noah desde una manzana de distancia, y se apoyó contra un roble para vigilarlo con disimulo. Sabía que nadie repararía en él; estaba demasiado lejos, había bastante gente paseando de un lado. Observó su cabello oscuro. Estaba seguro que había media docena de estudiantes observando el nuevo profesor, sin duda era el tipo 'perfecto', lo peor de todo el asunto, es que la mente de Jack trabaja con fantasías acerca de él, que iluso eres, pensó negando levemente con la cabeza y recuperando la compostura, ¿Estaba babeando por Noah?, no, no, él sólo le parecía divertido.


La anticipación recorría a Jack cuando retomó su camino y tras recorrer los pasillos de la universidad, entró en el aula de clase, estaba vacía, pero había pensado en que podría encontrar a su profesor y explicarle el por qué de sus retardos, para su mala suerte, el hombre ya no estaba allí.—¿Alguna vez algo me saldrá bien? —Rodó los ojos y suspiró con algo de cansancio, no le quedaba otra opción que esperar hasta la siguiente clase para hablar con Trenz, su profesor. El aula estaba muerta, por lo que se dio la libertad de recorrerla en círculos, pensando en lo que debía hacer, no era un chico que se preocupara mucho, pero diablos, en verdad sus notas estaban descendiendo considerablemente, ¡Su padre lo mataría!. O igual él moriría en los exámenes, incluso aunque oficialmente éstos fuesen la siguiente semana. Aún así él no quería correr el riesgo de desaprobar tantas materias, debía haber algún trabajo extra, algo que pudiera salvarlo de su calvario. Los exámenes eran la próxima semana y la siguiente. Jack tenía claro que tenía que encontrar al profesor a más tardar el siguiente día.

El chico levantó la vista del suelo y vio al hombre que entraba en el lugar. Tragó saliva y un escalofrío recorrió su cuerpo al encontrarse con la intensa mirada de Noah, ¿Pero qué hacía él allí?, no importaba, estaba más que distraído observando esos labios y la forma de su barbilla.—Emmm....¿Puedo ayudarte en algo? —Preguntó tras segundos de silencio, sí, una pregunta bastante estúpida, pero su mente no pudo formular algo más coherente e interesante. Los ojos verdes contrarios se enfocaron en los suyos.—Sabes...creo que usted podría ayudarme con mi problema acerca de un par de inasistencias a clase, es muy cercano al profesor Trenz y...¿Podría ayudarme? —Frunció el ceño, finalmente algo coherente salía de su boca y tuvo que apartar su vista de la contraria para seguir lúcido y no comenzar a babear por ese sujeto. Nunca había mantenido una larga conversación con Noah, más sin embargo, eso no era impedimento para seguirlo a la cafetería, dibujar un retrato suyo a lo lejos y ver desde una esquina el momento en que subía a su auto. Aquello podría llamarse acoso, pero técnicamente no era acoso si el acosado no estaba al tanto del acoso, ¿cierto?.


La gruesa voz de Noah siempre enviaba un cálido impulso a través de Jack, pero, esa mañana, las sensaciones se amplificaron. Era igual que ser quemado por electricidad de alto voltaje, ondas recorrían todas sus terminaciones nerviosas llenándolo con un retumbante zumbido. Jack pasó la correa de su mochila sobre su cabeza y sacó la bolsa de piel de su pequeña computadora y la abrió en la esquina que era su espacio en la pequeña aula. Buscó su horario. —Si, el profesor Trenz estará mañana por aquí, podrías ayudarme y bueno, yo podría...pagarte el desayuno por todo el mes...—Comenzó a decir sin apartar la vista del horario.—Aunque claro, sólo si lo tomas conmigo...—¡Mierda!, no, no, definitivamente no había querido decir las últimas palabras, entrecerró los ojos y se maldijo por dentro.

Creado por Euphoria

Los días pasaban lentamente en su vida, de manera monótona. Estaba aburrido de casi todo lo que componía su existir, necesitaba algo que le divirtiera, pero además de la medicina, era extremadamente difícil encontrar algo más. Su novia era guapa, era encantadora y sus padres la adoraban -lo que a decir verdad le tenía sin cuidado-, pero aún así, tampoco lo llenaba. Salió de su auto sin prisas, pensando en que sus alumnos le quitaban la diversión a ser profesor, con su ineptitud y flojera. Pocos eran los que en verdad parecían tomárselo en serio por vocación y no sólo para darse el lujo de ser llamados "Doctores". Cerró la puerta de su auto con descuido y avanzó con paso firme a través del estacionamiento hasta entrar por las puertas de la universidad, sin mirar a nadie, apenas asintiendo cuando escuchaba algún saludo. No le interesaba interactuar con nadie que no fueran los médicos más reconocidos y que podrían ayudarle en algún momento. Abrió el aula donde su próxima clase daría lugar, generalmente el profesor del que era asistente se servía de él para no ir a dar clase, se lo dejaba a él todo.

Nada más dar un paso dentro, cerrando la puerta tras de sí, se encontró con un muchacho. Jack, si no mal recordaba, y claro que no lo hacía, su memoria era realmente buena. Elevó una ceja con curiosidad cuando le habló, le miró con algo de incredulidad porque ciertamente Noah nunca había necesitado nada de nadie, mucho menos de un novato en el campo de la medicina. Si no tuviera un rostro que le llamaba la atención, se habría marchado sin despedirse, sin embargo prefirió quedarse y mirarle con cuidado. Fue cuando volvió a abrir la boca que sus celas se elevaron con sorpresa y casi esboza una sonrisa divertida y burlona, ¿Pues con quién creía que estaba hablando? Seguro que le estaba confundiendo, porque él no era de los maestros que ayudaban a los alumnos nada más por hacerles un favor. Avanzó por la habitación hasta el escritorio designado al profesor y dejó ahí su portafolio de piel, abriéndose la chaqueta de cuero que portaba en ese momento.

¿Qué profesor?-preguntó primero, con voz tranquila, distante. Si bien no pensaba interceder por Jack, tenía ganas de escucharlo un momento más antes de mandarle a callar. Iba a abrir la boca para decirle con su mejor tono sarcástico que con todo gusto le ayudaría, pero las palabras murieron en su garganta tan pronto como la condición al trato salió de la boca del muchacho. Quedó atrás el querer decirle que no necesitaba que ningún mocoso le pagara el almuerzo, todo reemplazado por la noción de que Jack había coqueteado con él, al menos algo así, más bien parecía que se le había escapado una frase que fácilmente podía ser interpretada como una de ligue. Se acercó a Jack y se cruzó de brazos, esperando a una explicación-Tendría que tener cuidado con su manera de hablar.-sugirió.-Me está haciendo pensar que sus intenciones son otras que no me incluyen a mi tratando de interceder por usted con el profesor Trenz.

—Me ofende con sus suposiciones, ¿En verdad me cree capaz de algo así?— Una sonrisa se formó en los labios de Jack. Se pasó su mano por su corto cabello castaño; un gesto que usaba incontables veces, cuando se sentía intimidado por alguna persona y estaba de sobra decir que Noah le hacía sentir de muchas maneras distintas. Él caminó unos pasos, rodeando el escritorio principal y enfrentando al sexy profesor. La pose de brazos cruzados la tenía plasmada en uno de sus dibujos, Jack le había visto incontables veces hacer aquello, y lo encontraba atractivo y naturalmente sexy. Las puntas de los dedos de Jack rozaron la caliente palma de su profesor cuando extendió la mano en busca de sellar aquel trato y se preguntaba si el otro hombre sentía la oculta corriente de tensión, tan fuerte esa mañana, como lo hacía él. La neutralidad de Noah o, peor aún, la falta de respuesta a los sutiles comentarios suyos lo estaba volviendo loco. Era exactamente por eso que se sentía completamente atraído por él, Noah nunca demostraba mucho interés en los demás, en pocas palabras, entre mas inalcanzable, más atractivo le parecía el hombre.

Ellos se conocían desde hacía unos meses, nunca habían trabajado juntos, al menos no muy de cerca. Pero sabía que nunca encontraría otro consejero para sus estudios universitarios que tuviera remotamente la experiencia de Noah en el campo o su habilidad para ofrecer explicaciones más simples, o quizá todo eso es lo que pensaba acerca del profesor por el simple hecho de desear meterse en sus pantalones cada dos segundos, sí, por que no tenía apuntes de su clase, aunque si muchos dibujos de él. Sin duda estar en una clase impartida por Noah como auxiliar era excelente. Pero más allá de las cosas académicas, durante ese tiempo se había enamorado, cómo un estúpido colegial, ¿No podría ser más trillada esa historia?.—Sólo quiero brindarle algo a cambio por su ayuda, créame cuando digo que a estas alturas haría cualquier cosa por su ayuda...—Dio una tímida sonrisa y frunció los labios, nuevamente su último comentario parecía más un ligue que un llamado de auxilio. —Vamos, tiene que aceptar, ¿Si?, puedo cargar su maletín cada mañana cuando cambie de aula, haré lo que sea —Dijo, sonriendo, incapaz de resistir la mirada incrédula de Noah. El que su profesor permaneciera callado tanto tiempo le hacía sentir que no era más que un idiota balbuceando cosas sin sentido, pero el problema no radicaba en parecer un idiota balbuceante, si no en que fuese agradable para su profesor.

El profesor tenía veintiocho años y él dieciocho así que esos diez años de diferencia no le molestaba en absoluto. En lo que a Jack respectaba eso sólo significaba que Noah estaba más asentado en su vida con más seguridad sobre sí mismo. Jack apreciaba eso. Él mismo había salido del closet a los quince años. Aunque no había sido afortunado de tener un padre que lo aceptaran y apoyara respecto a su sexualidad, aún así nunca escondió nada. Eso le había permitido jugar y desarrollar las experiencias deseadas en la la secundaria y ahora en la universidad. Pero en ese punto de su vida, Jack estaba cansado de los chicos de su edad que sólo quieren divertirse. Él quería algo más real: una relación a largo plazo. Compromiso. Y en su corazón, sabía que con el profesor podía encontrar toda esa seguridad que buscaba, pero todo se resumía a un simple sueño cuando Noah lo miraba con frialdad, algunas veces sentía que había algo entre ellos, pero otras veces pensaba que no era más que un alumno insignificante para él.—Y...bueno, en dado caso que fuese un ligue hacía usted, ¿Me culparía?, usted es cómo esos panecillos de chocolate que me gusta devorar en dos segundos —Alzó ambas cejas y sonrió ampliamente esperando al menos una señal por parte de Noah, cualquier señal, desde una sonrisa hasta algo más...intenso.—No planea reportarme ¿O sí?, por que si es así, ¡Lo siento!, ¡No volveré a decir tonterías, lo juro! —exclamó nervioso, pensando con más claridad los problemas que le traería si aquel profesor decidía ir con el director.

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Por un momento sintió el impulso de reír, porque a veces Jack era demasiado tonto con sus comentarios y esa cara que ponía cuando intentaba ser 'suave', pero más bien parecía como un cachorro juguetón. No lo hizo, sin embargo, porque tampoco le hacía gracia que pareciera querer burlarse de él. Prefería que fuera claro, vamos, que si Jack ya sabía que tenía novia, ¿Por qué molestarse con más indirectas? De cualquier manera, no dejaba de parecerle entretenido en ocasiones. Sabía que su alumno le miraba, y no porque le prestara atención en clase, sino que sólo se le quedaba viendo, como si fuera una obra de arte o alguna cosa así, y no sólo era cuando estaban en las aulas, sino también cuando caminaba a su auto o de su auto, por los corredores o mientras almorzaba en la cafetería. A veces él también le miraba, estudiándolo sin duda de manera mucho más discreta y sin esos ojos enamorados que a veces parecía tener Jack mientras le miraba.-¿Y por qué no? ¿Crees que no me he dado cuenta de lo que haces? -murmuró con voz ronca, casi seductora aunque su rostro siguiera tan inexpresivo como siempre.

Sacudió la cabeza con lentitud, en verdad que Jack le recordaba a un cachorro uno particularmente torpe en cuanto al arte de seducción. -¿Cualquier cosa? -le miró intensamente a los ojos, después sonrió de manera torcida, incrédula.-¿Crees que necesito tu ayuda para que me cargues el maletín? No soy una mujer.-Noah no era particularmente misógino, es más, siempre había pensado que eran ellas las mejores estudiantes, pero en ocasiones era difícil no mostrar el desprecio que su padre a veces sentía por las mujeres, él nunca había pensado que las mujeres tuviesen el mismo potencial. Descruzó sus brazos y simplemente lo escuchó, sin decir nada más, preguntándose si realmente a Jack no le importaba que él estuviese con alguien más. La verdad es que independientemente de todo, el menor le atraía bastante, le gustaba su actitud inocente y su torpeza, pero al parecer no era tan inocente. Sus manos encontraron los hombros de Jack lo empujó contra la puerta. -En verdad deberías tener más cuidado con lo que dices.-le dijo con voz burlona, pero con ojos brillantes, interesados. sujetó la barbilla con brusquedad. Quizás Jack podría hacer más interesante su vida.

¿Qué pasa si te digo que quiero tu cuerpo a cambio? -sus manos dejaron su barbilla para sujetar el cuello de la chaqueta de Jack, sosteniéndolo ahí donde estaba, para que no se escapara. Quizás era muy idiota entrometerse con un alumno, pero era culpa de Jack, por provocarlo, ahora tendría que hacerse responsable de sus acciones.

Mierda, ¡Mierda!, lo único que le faltaba es que su profesor le reprochara el que lo siguiera a todos lados y es que Jack siempre había pensado que era discreto con las miradas que le dedicaba a Noah, pero ahora comprendía que era todo lo contrario y un temor se hizo presente en su interior. ¿Noah estaría furioso por este hecho?, la simple idea le aceleraba el corazón, su profesor favorito no podía estar molesto con él, no, ¡Eso no sería justo!. El problema era que Noah no le daba ninguna indicación clara de que fueran o no esos sentimientos recíprocos. Siempre tenía una facción relajada en el rostro, parecía un muñeco, uno muy atractivo pero incapaz de demostrar sentimiento alguno.—Cualquier cosa con tal de hacerle feliz...—Una sonrisa tímida se formó en la comisura de sus labios. Aquella frase era cierta, pero no en un doble sentido o quizás si, ya no estaba seguro de lo que decía, todo era muy confuso.


Había habido alguien en su pasado, un año más o menos antes de que Jack viera por primera vez a Noah. No hablaba mucho de eso, pero la otra persona lo había dejado y Jack se había quedado herido por eso, temeroso de tener una nueva relación, ya que las personas buscaban sexo solamente y él quería algo más, necesitaba algo más. Desde entonces, se mostraba inseguro ante las personas, más en ese momento que tenía frente a él al profesor más inrresistible de la universidad. —Perdoneme, no quise decir que fuese una mujer, sólo quería...—No encontró las palabras adecuadas para disculparse, por lo que prefirió callar, en esos momentos el silencio podía llegar a ser su mejor aliado. Cuando Noah lo tomó por los hombros, una descarga eléctrica recorrió su cuerpo, deteniendose entre sus muslos y lentamente una erección se formaba entre sus piernas, una muy visible bajos sus vaqueros.

Cuando Noah lo miró con intensidad, Jack sintió esa necesidad de decir tonterías. Parecía que pasaba la mayor parte de esos días embriagándose de ese hombre. Maldición él debería de decirlo ahora. Solo suéltalo, consigue sacar lo que quieres decir. Estoy tan jodidamente enamorado y lujurioso por ti que no puedo pensar bien, ¿hay alguna posibilidad de que sientas lo mismo?. Y antes que pudiera separar sus labios para intentar confesar sus sentimientos, Noah lo calló con esa pregunta. ¿Su cuerpo?, ¿Quería su cuerpo?.—¿¡Donde debo de firmar!? —Dijo en una exclamación con una sonrisa boba en los labios. Tenía que pellizcarse un brazo, aquello debía ser un sueño, más bien, era el tipo de sueño que tenía cada noche, Noah diciéndole que lo deseaba. Negó levemente con la cabeza, asegurándose que todo era real y que su mente no le estaba jugando sucio.

—¿Puedo? —Preguntó al inclinar su rostro contra el contrario. Necesitaba besar esos labios antes que Noah cambiase de opinión. Por que el simple hecho de que Noah estuviera disponible para una aventura no significaba que se sintiera completamente atraído por él, además lo había visto varias veces con su novia, aunque en esos momentos no le importaba ser el 'amante', haría cualquier cosa con tal de tener un momento a Noah, ¡Cualquier cosa!. Ellos no compartían muchos intereses comunes, especialmente en las cosas importantes, pero esas eran suficientes diferencias para hacer las cosas interesantes. —Un beso, ¿Sí?, sólo uno y ya —Las palabras de Jack quebraron el silencio que se había formado de momento.

Jack no pudo evitar admirar el rostro de Noah, y cómo su camisa se estiraba en sus anchos hombros. ¿Acaso ese hombre no tenía idea de lo sexy que era y su confiada cara, no solo para él, sino para otros hombres y mujeres?. Él había visto a más de uno girar la cabeza en el campus cuando el profesor pasaba. Y más sin embargo, Noah no mostraba interés en ninguno, hasta ahora con él y por primera vez en su vida agradeció ser tal cual era.

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No entendía el porqué de la atracción de Jack, o mejor dicho, entendía que le gustara físicamente, no era algo anormal y eso lo sabía él, pero no entendía ese brillo de sus ojos, además de e motivo de que soltara frases como la que había pronunciado antes, ¿Por qué querría hacerle feliz si no se conocían más alla de como profesor y alumno? Jack era quizás más misterioso de lo que él podrían imaginar, y eso le gustaba. Además, le parecía inocente y algo bobo, pero no es una manera denigrante, sino en una manera entrañable, hasta le daban ganas de sonreírle, pero no lo haría. Lo que fue difícil porque a veces Jack decía cada cosa que resultaba divertida incluso. Sacudió la cabeza cuando lo escuchó preguntar dónde tenía que firmar. Tuvo que tomarse un momento para preguntarse si realmente era conveniente hacer lo que estaba por hacer, es decir, estaba aburrido, pero ¿Realmente merecía la pena engañar a un muchacho inexperto sólo por algo de diversión? ¿Qué pasaba con su novia, a la que había pensado pedirle matrimonio en un tiempo más?

Pero la curiosidad le estaba ganando, y el aroma invitante del chico lo estaba estimulando demasiado, la situación parecía perfecta y los dos saldrían beneficiados, él podía hablar con el profesor de Jack de tal modo que evitaría que fuese reprobado, y él se lo cobraría con sexo, cosa que su alumno tampoco parecía percibir como un precio que no estuviera más que dispuesto a pagar. Era una situación de doble ganador, nada más perfecto, en tal caso la única que saldría perdiendo era su novia, y aún así ella no lo sabría nunca, y lo que no se sabes, es como si no existiera ¿verdad? Además, él estaría de mejor humor y seguro que ella lo notaría, lo que la haría feliz ¿no?

Decidido, cerró la brecha que los separaba y unió sus labios en un beso duro, exigente, no tenía nada de romántico porque a fin de cuentas él no estaba buscando un cuento de hadas, eso se lo dejaría a los idiotas, él lo que quería era diversión y estaba dispuesto a hacer todo por obtenerla. Sus manos sostuvieron con brusquedad la cintura de Jack, jalándolo para que sus cuerpos se presionaran juntos. No dudo en introducir su lengua en la boca ajena, explorándola, familiarizándose con su sabor. Le gustaba como el cuerpo del chico se amoldaba bien a su propio cuerpo, caliente. Pronto sus manos se deslizaron hasta su trasero, acariciándolo con firmeza y a manos abiertas. Se apartó finalmente, tratando de manejar su respiración para que no se notara agitada y sonrió torcido, casi malévolo. -Entonces, ¿el Doctor Trenz? -preguntó, burlón, sin separarse de él, moviendo sus manos para pasar una por el cabello corto, sintiendo como le picaba un poco en la palma, de manera agradable.-Espero que no quieras que interceda por ti por haber sido un holgazán. -indicó, con el ceño ligeramente fruncido porque realmente odiaba a los perezosos. -¿Qué clase es?-preguntó entonces, sin mucho interés, sus ojos estaban explorando el rostro del chico.

El agarre que ejercía Noah sobre su cuerpo se apretó mientras Jack lo estudiaba con un examen lento y deliberado de su cara. Su pene se puso más duro contra sus pantalones al sentir la respiración del profesor contra su rostro. Esperando por sus labios, su boca, sus dientes. Cuando sus ojos se encontraron con los feroces de Noah, se mordió el labio inferior y sus mejillas estaban rojas.—Eres una belleza —murmuró sin proponérselo. Sus mejillas ardieron poniéndose más brillante aún. Pero se maldijo por dentro, ¿Y si ese comentario hacía sentir a Noah menos varonil cómo el referente al maletín?. Dios, no podía controlar su lengua ni las palabras que escapaban de su boca. Tragó saliva cuando Noah lo atrajo hacía su cuerpo contra el de él y capturó su boca con la suya. Jack jadeó contra sus labios, lo que le permitió al profesor entrar como un dardo con su lengua en el interior de la boca del nervioso e inexperto chico. Sintió la posesión de Noah contra su boca y eso lo derritió, parecía que el profesor reclamaba lo que por derecho le pertenecía a él y sólo a él. Un gemido escapó de la boca de Jack. Chasqueó la lengua contra la de Noah provisionalmente, como si se sintiera incierto, tal vez tímido y es que realmente se sentía así, no sabía la forma correcta de responder aun beso tan demandante, había pensado que sería un beso simple, pero no, Noah no sólo era bueno en sus clases, si no en todo lo relacionado al arte de la seducción y tras el beso, estuvo seguro que esa lengua traviesa de su profesor sería su nueva adicción.¿Podría ser que su profesor lo iniciaría en lo referente al sexo? La sola idea era a la vez embriagadora e intoxicante, y el rubor en sus mejillas aumentó considerablemente.


—¿Holgazán?, ¡Pero si Einstein habría deseado tener mi intelecto!—Dijo con falso orgullo, ni siquiera recordaba en esos momentos quién demonios era Albert Einstein.—Bioestadística —Él odiaba el nudo que se le formaba en su estómago cada vez que pensaba en el profesor, había pensado que lo que se decía en las novelas sobre 'mariposas en el estomago' era una estúpidez, ¡Pero aquello era real!, podía sentir las alas revoloteando por su estómago y aunque no era una sensación muy agradable, no podía culpar a su cuerpo, después de todo es era amor...¿No?, por qué si, estaba seguro que su amor por Noah era real. ¿Qué era lo que iba a decir?, odiaba olvidarse de todo cuando estaba cerca de Noah, ese hombre tenía la culpa de su poco rendimiento escolar, ¿¡Cómo diablos concentrarte en clases cuando eran impartidas por un hombre así!?, ya mayor parte del tiempo la pasaba observando el torso del hombre, ya que bajo las camisas que usaba diariamente, podía notar casi sus pectorales bajo la tela y diablos, no era capaz de apartar su vista de él ni un maldito segundo. Y una de las cosas que Jack amaba de él era que él veía directo a los ojos a la gente cuando hablaba con alguno de sus alumnos, pero su falta de seguridad le hacía evadir a toda costa un encuentro cara a cara con Noah, hasta ese momento.

—Ehmm, tenía una duda profesor...—Dijo llevándose una mano a la nunca en un gesto simple. Oh, mierda. El corazón de Jack saltó y su estómago hecho un nudo se llenó repentinamente de mariposas. Si ese beso había sido arrebatador, ¿Cómo sería lo que vendría después?, ¡Quizás no estaba listo para algo así!.—Es obvio que cuando menciona que quiere mi cuerpo se refiere al sexo, ¿Verdad?, pero...cómo decirlo, no tengo tanta experiencia en ese ámbito.—Tartamudeó y arrastro la mano desde su nuca hasta su frente, retirando el sudor frío.—Es decir, ¡No soy virgen! claro que he tenido sexo, tengo sexo casi todo el tiempo —Chasqueó la lengua y rió tontamente. No, jamás había tenido sexo, lo más cercano había a eso había sido con su colchón, cuando tenía un sueño húmedo sobre Noah.— Pero usted es demandante y no creo estar a su altura —Excitación inundaba el pecho de Jack. La posibilidad no solo de evitar reprobar una materia, sino de pasar tiempo con Noah era demasiado buena para ser verdad, no podía creer que su suerte hubiese cambiado tanto.

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Jack le llamaba hermoso y se ofrecía a cargarle el maletín. Era extraño, no le disgustaba del todo, no sentía que le comparara con una mujer, más bien percibía la necesidad de Jack por ofrecer protección y cuidado, lo que hacía más difícil de entender por qué estaba encaprichado en alguien como él. Podría tener a quién quisiera, y aún así lo que quería era quedarse con él, ser suyo incluso si no sería el único. Noah no podía, por más que le daba vueltas en la cabeza, entender la razón de la enorme pasión que al parecer Jack sentía por él. Casi podía sentir como las piernas del muchacho temblaban como gelatina mientras lo estaba besando. Era un sentimiento diferente, sostener a un muchacho que a pesar de ser delgado, se sentía firme, fuerte, pero que a pesar de eso, tenía las piernas temblorosas.

Le miró con seriedad cuando mencionó a Einstein y suspiró, pasándose una mano por el cabello mientras pensaba cómo se acercaría al profesor y le plantearía el problema. Como fuera, seguro que lo valdría. Dejó de ignorarlo entonces, apenas atrapando parte de lo que fuera que estaba diciendo y se encogió de hombros con desinterés.-Sólo necesito que te quedes quieto me dejes hacer lo que quiera. -aclaró como si estuviera explicando que las cavidades o cámaras del corazón son cuatro. Se quitó la chaqueta de cuero y la dejó en el respaldo, tomando la bata para colocársela, preparándose de antemano para la clase que tendría en el anfiteatro. Se sentó en la silla del profesor y le llamó haciéndole una seña con la mano. Una vez que Jack se acercó lo jaló de la mano hasta que quedó sentado en sus piernas y descasó su mano en su entrepierna, apretando ligeramente el bulto que se veía claramente por el pantalón. Sonrió torcido, parecía que esas eran todas las sonrisas que podía ofrecer.

No pueden vernos juntos fuera de la universidad, así que irás a mi apartamento tan discretamente como sea posible cuando yo te lo indique. ¿Entiendes? -no dejó de sobar y apretar a momentos su pene, divertido porque tenía planeado dejarlo con las ganas únicamente. Le besó la oreja, para después empujarlo fuera de su regazo y sacar su celular.-Dame tu número.-ordenó y cuando Jack obedeció, lo dejó guardado en la memoria del aparato. Sacó una hoja del maletín en el escritorio y escribió con letra precisa y legible, su dirección y el número de su apartamento.

Se levantó y lo besó ligeramente, para después consultar la hora en su reloj, preguntándose cuánto tiempo faltaba para que su siguiente clase comenzara, la verdad es que tenía ganas de tocarlo, pero tenía la suficiente fuerza de voluntad para contenerse y esperar hasta el tiempo que se acordaría. Faltaba aún media hora, por lo que se adelantó para cerrar la puerta, regresando al escritorio y sentándose en la orilla con facilidad, sus piernas largas haciendo fácil la tarea. Abrió su pantalón y dejó salir su miembro, sus ojos verdes no abandonando los de Jack. -Sabes qué hacer, ¿Cierto? Me has dicho que tienes sexo todo el tiempo, así que espero que seas bueno en esto.

Las señas de Noah fueron más que suficientes para que Jack lo obedeciera. Supo ser feliz al sentarse sobre el regazo de su profesor, aunque no pudo evitar sentirse cómo en la época navideña, cuando su madre le obligaba sentarse en las piernas de un falso Santa Claus para fotografiarlo, odiaba eso, pero Noah no era un viejo panzón, si no un hombre muy atractivo, incluso se sintió cómodo sobre sus piernas.—Prometo ser discreto, haré lo que usted me desee y si quiere discreción, eso le daré... —Respondió. Nadie le hablaba así. Había algo en la manera gruesa en la que Noah pronunciaba sus palabras que enviaba olas de calor y necesidad a través de Jack. Sintió su pene moverse y sus bolas tensarse. No podía detener su reacción al oír la voz del otro hombre. Respiró profundo y se reafirmó. Si Noah no estaba interesado en una relación más profunda con él, le importaba un pepino, queria ser suyo, sólo suyo por el tiempo que fuese. Y la idea de visitar el hogar de su profesor le resultaba caliente, muy caliente.—Profesor…—Dijo en voz baja, cerrando lo ojos al sentir la palma de Noah moverse sobre su pantalón, se sentía malditmente bien y su pene pareció dar un leve brinco ante las caricias, deseaba quitarse la ropa, desnudarse para que Noah pudiese hacer con su cuerpo lo que s le viniera en gana. El cuerpo del chico se alborotó con una explosión de calor. Mierda, cuando se trataba de Noah la desesperación era para él lo que la gasolina a un fósforo… y a juzgar por la forma en que Noah acariciaba su bulto, seguramente él sentía lo mismo. Jack pasó sus brazos alrededor de él, y bajó el mentón, besándole impulsivamente antes de dejarlo y suspirar un gruñido. Su cuerpo se había tensado ligeramente y entonces fue retirado violentamente del regazo de su profesor, pensando que habría molestado a Noah con su inagotable necesidad de acariciarle.

Noah se concentró en su maletín y Jack simplemente yacía de pie, respondiendo a su pregunta, observando los movimientos del profesor. Noah tomó una pluma y escribió su dirección y teléfono, dejando la hoja en el escritorio. Después de leer la información, Jack dobló la hoja en cuatro partes y la guardó en el bolsillo trasero de su pantalón. Pasó nuevamente su mano a través de su cabello mientras se estiraba.—Espero no tardes en llamar—Dijo sonriente, pero no se había esperado lo que vendría a continuación, su profesor se apresuró en cerrar la puerta y cuando se posicionó sobre el escritorio, Jack abrió los ojos lo más que pudo, ¡Joder, él le mostraba su miembro en el aula de clases!.

—Se ve bien.—Sus palabras quebraron el silencio que él mismo había formado, y es que con ese miembro frente a sus ojos no podía pensar con claridad, joder, realmente su fantasía se estaba cumpliendo y él parecía un bobo, uno que no creía en su suerte. La mirada de Jack era de preocupación. Rodeó el escritorio y se apoyó en la esquina. A solo unos pasos de Noah, el calor radiaba de los músculosos de los muslos del chico y sentía una urgencia de alcanzar y acariciar con sus manos aquel duro miembro. Pero ese no era el momento correcto, ¿Si alguien entraba?, no, la puerta estaba cerrada, ¡Y o haría, intentaría darle el mejor sexo oral a su profesor!, sí, no había tiempo para retractarse. Jack dijo con una sonrisa. —¿Dicen que es cómo chupar una paleta de caramelo, no?— Él lo dijo como una broma. Más o menos. Pero Noah respondió demasiado en serio, tomando su miembro con una de sus manos, ese profesor en verdad deseaba tenerlo de rodillas, chupando su polla.—Vale, me daré prisa —Resopló incrédulo cuando una idea lo golpeó. Lentamente, se acomodó de rodillas frente al escritorio, de modo que su rostro quedase a la altura del miembro de su profesor. Se relamió los labios, nunca antes había probado algo parecido y estaba muy caliente, pero era inexperto y temía no poder darle el placer que se merecía Noah.

Extendió su mano, hasta tomar entre su palma el duro miembro. La mano alrededor de su pene se movió un momento entonces bajó un poco más la ropa interior de Noah lo suficiente para liberar por completo su miembro. Su lengua tocaba el glande del pene mientras su mano lo sostenía con algo de fuerza. Bajó un poco más la cabeza y sus labios se deslizaron sobre la cabeza del pene. Su consciencia cayó en picada ante las sensaciones de sentir el duro miembro en el interior de su boca, demonios, tenía un sabor delicioso y aquello lo alentó seguir deslizando el miembro de Noah dentro de su boca. La punta del miembro raspó el techo de su boca antes de topar con el fondo de su garganta. Jack hizo algo que causó que su garganta se contrajera y las caderas de Noah se elevaran. Riéndose, Jack sostenía la base del pene de Noah y lentamente apartó la boca hasta besar la punta, su lengua giró en la punta y entonces lentamente descendió de nuevo.

Le resultaba incómoda esa posición, quería ver las reacciones de Noah cuando lamiera su miembro, aunque en esos momentos no estaba muy seguro de desear perder su virginidad, nunca había pensado que tendría sexo con él de esa manera y ciertamente aunque estaba ardiendo por la pasión y las palabras palabras de Noah. Tenía cierto temor en su interior, ¿Pero que diablos?, ¡Había deseado eso desde que Noah cruzó la puerta en su primer día de clases!, sería un imbécil si se negase a cumplir los caprichos de su profesor, se dejaría follar su él se lo pedía. Luchaba por pensar coherentemente, pero no era para nada fácil cuando debía seguir chupando.

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Era difícil no desearlo cuando se mostraba tan sumiso ante él, si bien su novia era exactamente igual, había algo en Jack que lo hacía a la vez encantador y jodidamente seductor. Incluso cuando algunas de sus actitudes como esa manía de abrir la boca para decir lo que se le ocurría, le solían molestar en cualquier otra persona, el chico de momento parecía tener en verdad algo especial porque no le había siquiera irritado un poco hasta ahora, por el contrario, dentro de la fachada de frialdad, se encontraba curioso por lo siguiente que diría. Como fuera, no es que le interesara mucho lo adorable que Jack podía hacer, mientras que le dejara follarlo podía ser el tipo más aburrido del planeta, por él como si se tratara de plástico. Claro, no se iba a quejar por el bonus que le ofrecía una personalidad como la del muchacho.

Lo sentía estremecerse en su regazo, ansioso por ser tomado, pero no lo haría en ese momento, ¿Por qué tendría? Jack estaba ahí para satisfacerle a él y no al revés, seguramente se daría el caso en que saliera ventajoso también, pero el trato había sido interceder por él ante el profesor a cambio de una aventura que consistiría únicamente en sexo, Noah haría la parte de su trato, pero era normal que exigiera un adelanto, no era como que se iba a arriesgar a que una vez libre del problema, Jack se fuese a echar para atrás, aunque no pareciera que fuera el caso en ese momento, y por un largo tiempo más adelante. No era tonto, se daba cuenta de que el otro estaba enamorado de él o al menos en proceso de estarlo, y así le pudiesen decir que era un hijo de puta, él se iba a aprovechar por cuanto tiempo pudiera. Jack era atractivo, en una manera bastante diferente a la que él lo era, era algo torpe a la hora de dirigirse a él, pero eso no sería un problema si se la chupaba de la manera en que lo estaba haciendo en ese momento, incluso cuando le desconcertó por un momento la declaración de que su pene se veía bien.

Dejó que una de sus manos apretara la orilla del escritorio mientras la otra se cerraba en torno a la nuca de Jack, no dejando que se alejara demasiado mientras empujaba su cintura, demandante. Incluso si era la primera vez que el chico hacía eso, mostraba talento. Su garganta dejó escapar un gruñido silencioso y ronco de placer. Sus ojos no se apartaron de la cabeza de Jack, calentándose con ver los movimientos que hacía y que coordinaban con la entrada y salida de su pene en la boca del menor. No pudo permitirse disfrutar mucho más tiempo de eso y se vino copiosamente en su boca. Respiró profundamente por la nariz y se relajó. Lo apartó sin mucho cuidado, pero sin ser violento tampoco y se acomodó el pantalón.-Nos vemos a las siete.-le dijo con voz desinteresada, señalando hacia la silla donde estaban las cosas del otro, indicando de ese modo que fuera a sentarse ya y abrió la puerta del aula.